En un entorno económico global marcado por tensiones geopolíticas, incertidumbre en los mercados y políticas proteccionistas, la industria aérea global demuestra una resiliencia notable.
Durante la 81ª Asamblea General Anual de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), celebrada recientemente, Willie Walsh, director general de la organización, presentó un balance alentador sobre la situación de la industria aérea global. Walsh destacó que el sector se mantiene fuerte y relevante, con un crecimiento sostenido tanto en pasajeros como en carga: se espera que los viajeros anuales pronto superen los 5.000 millones, mientras que las 69 millones de toneladas de carga transportadas, representan un tercio del valor del comercio mundial.
Según IATA, el beneficio neto del sector alcanzará los 36.000 millones de dólares este año, un crecimiento sólido frente a los 32.400 millones registrados en 2024, aunque ligeramente por debajo de la proyección de diciembre pasado (36.600 millones). El margen neto mejora al 3,7%, superando el 3,4% del año anterior. Aun así, sigue estando “aproximadamente en la mitad de la rentabilidad promedio de todas las industrias”, en palabras del director general de la IATA, Willie Walsh.
Walsh destacó el papel crucial del descenso del precio del combustible —un 13% menos que en 2024— como el principal impulsor de esta mejora. “Las aerolíneas transportarán más personas y más carga este año que en 2024, lo cual, aunque por debajo de lo proyectado, es una clara señal de solidez operativa”, afirmó.
La IATA estima que los ingresos totales de la industria llegarán a los 979.000 millones de dólares, una cifra récord que representa un aumento del 1,3% respecto al año pasado. El tráfico de pasajeros también romperá récords con 4.990 millones de viajeros, 4% más que en 2024, aunque lejos de los 5.220 millones inicialmente previstos.
Los ingresos por pasajeros escalarán hasta los 693.000 millones de dólares, impulsados además por 144.000 millones en ingresos complementarios, con una fuerte recuperación de los hábitos de viaje: el 93% de los consumidores planea mantener o aumentar sus desplazamientos en los próximos 12 meses, según datos de encuestas de abril. Curiosamente, la tarifa aérea promedio de ida y vuelta en 2025 se estima en 374 dólares, 40% menos que en 2014. Esto responde a la combinación de menores costos de combustible y fuerte competencia entre aerolíneas, lo que beneficia directamente al consumidor.
En contraste, el segmento de carga aérea muestra señales de desaceleración. Se espera que los ingresos caigan un 4,7% hasta los 142.000 millones de dólares, en gran parte debido a un menor crecimiento del PIB global —previsto en 2,5% para 2025, frente al 3,3% de 2024— y al impacto de políticas comerciales restrictivas. El rendimiento por carga caerá 5,2%, aunque los volúmenes transportados crecerán modestamente hasta los 69 millones de toneladas.
El gasto en combustible se reducirá significativamente hasta los 236.000 millones de dólares, frente a los 261.000 millones de 2024, gracias a un precio promedio estimado de 86 dólares por barril. Esta baja en los costos aporta un respiro vital a las finanzas del sector.
La IATA también señaló que, aunque se alcanzará una rentabilidad del capital invertido del 6,7%, el margen por pasajero es todavía precario: apenas $7,20 por segmento de vuelo. “Cualquier impuesto adicional, aumento de tarifas o regulación costosa podría desestabilizar rápidamente la recuperación”, alertó Walsh, instando a los gobiernos a no sobrecargar a un sector que emplea a 86,5 millones de personas y sostiene el 3,9% del PIB global.
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