IATA hace un nuevo llamado a los gobiernos de América Latina y el Caribe para que apoyen a la aviación

La IATA ha vuelto a hacer un llamado a los gobiernos de América Latina y el Caribe para que apoyen a la industria de la aviación, tanto en lo que respecta a la prestación de apoyo financiero, como a la facilitación de la reanudación del servicio, de conformidad con las directrices recogidas en Take-off (Despegue), la guía desarrollada por la OACI.

 

La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés) ha vuelto a hacer un llamado a los gobiernos de América Latina y el Caribe para que apoyen a la industria de la aviación, tanto en lo que respecta a la prestación de apoyo financiero, como a la facilitación de la reanudación del servicio, de conformidad con las directrices recogidas en Take-off (Despegue), la guía desarrollada por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).

«El transporte aéreo en todo el continente está ahora en su cuarto mes de parálisis. Incluso con unos pocos países que han permitido la reanudación del servicio, la mayoría aún nos mantiene en tierra. Como industria, hemos trabajado con todos los interesados en la cadena de valor para asegurarnos de que podemos reanudar en línea con las pautas de la OACI, acordadas mundialmente para el despegue de la industria aérea mundial. Lamentablemente, no estamos logrando los progresos esperados con los gobiernos que las aplican, y cualquier otra suspensión de las operaciones está poniendo en peligro el futuro de la aviación», dijo Peter Cerdá, Vicepresidente Regional de IATA para las Américas.

Como los ingresos se han agotado en gran medida, pero es necesario cubrir los costos, las compañías aéreas están enfrentando una crisis de liquidez sin precedentes. Un análisis de IATA calcula que las aerolíneas han consumido reservas de efectivo de 61.000 millones de USD sólo en el segundo trimestre de este año. Por lo tanto, los gobiernos deben proporcionar urgentemente apoyo económico que, especialmente en esta región, ha sido extremadamente escaso. A nivel mundial, la ayuda de los gobiernos alcanza en total 123.000 millones de USD, lo que equivale al 14% de los ingresos totales de las aerolíneas en 2019 (838.000 millones de USD como base). Para América Latina y el Caribe se ha prometido una ayuda gubernamental de 300 millones de USD, lo que equivale al 0,8% de los ingresos de la región en 2019 (38.000 millones de USD). Este es el porcentaje más bajo que cualquier región del mundo ha proporcionado. Tres de las cuatro aerolíneas más grandes de la región se acogieron en el último tiempo al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos para reorganizar su deuda y además, cuatro aerolíneas ya han cesado sus operaciones.

Según las últimas previsiones financieras de la IATA, la industria perderá 84.300 millones de USD en 2020, y las compañías aéreas de América Latina y el Caribe registrarán una pérdida de 4.000 millones de USD. Se prevé que la contribución de la aviación al PIB de la región se reduzca en 98.000 millones de USD, lo que pondrá en peligro 4,1 millones de puestos de trabajo.

El desglose de esta situación en los principales mercados de la región es el siguiente:

Con el reciente anuncio del cierre de fronteras por parte de la Unión Europea a todos los países de América Latina y el Caribe, excepto Uruguay, se prevé una nueva disminución de los ingresos. Según la proyección de IATA por cada mes que se mantenga esta restricción, podrían perderse otros 300 millones de dólares.

La aviación ha desempeñado, hasta ahora. un papel crucial en todas las economías del continente. Las grandes distancias existentes, la falta de infraestructuras y las dificultades orográficas hacen de la aviación la forma más eficiente y segura de trasladarse, por lo tanto, se debe permitir que la aviación se reanude lo antes posible.

En las directrices deTakeoff (Despegue) de la OACI, se subrayan una serie de medidas estratificadas para mitigar el riesgo de transmisión del COVID-19 en los viajes aéreos. Estos protocolos se han elaborado con conocimientos médicos y científicos y explican claramente cómo la aviación puede volver a cumplir con seguridad su función de catalizador del desarrollo socioeconómico de la región. Sin embargo, demasiados gobiernos se están demorando en la aplicación de estos lineamientos o están proponiendo opciones que impondrán más desafíos operacionales y financieros a las compañías aéreas.

En Colombia, el poder de decisión para la reapertura de los aeropuertos ha pasado a manos de la decisión individual de los alcaldes, mientras que Panamá sigue ampliando el cierre de las fronteras del país, a pesar de que su aeropuerto es uno de los principales centros neurálgicos de las Américas y Argentina ha vuelto a retrasar la fecha de reanudación de los vuelos nacionales.

 «Lo que necesitamos, como industria, es que los gobiernos den fechas claras de cuándo podemos volver a volar. Los protocolos de Take-off (Despegue) acordados por la OACI son el plan global armonizado para esto. Los Estados deben ahora aplicarlos y no cada uno reinventar individualmente la rueda.

Si bien comprendemos que los gobiernos se preocupan por la salud de sus ciudadanos, obstaculizar una industria esencial que ha desarrollado protocolos sólidos para garantizar que el transporte aéreo no se convierta en un vector de la propagación del COVID-19 no ayudará a la tan necesaria recuperación socioeconómica», sostuvo Cerdá.

Afortunadamente, algunos gobiernos están permitiendo que la aviación se reanude, por ejemplo, los vuelos internacionales y nacionales en el Ecuador se reanudaron hace un mes, y más islas del Caribe -como las Bahamas, República Dominicana, Haití y Jamaica- están recibiendo visitantes. Los vuelos internos en el Perú también se reanudarán a partir del 15 de julio, lo que constituye un paso muy importante para un país que depende en gran medida de la aviación para el turismo y las exportaciones.

«Es bueno ver que estamos haciendo algunos progresos en la reapertura de los mercados, especialmente en todo el Caribe. Sin embargo, es necesario que los gobiernos sigan armonizando sus protocolos con los de la OACI. El hecho de divergir de éstos supone una carga operacional para las líneas aéreas y crea confusión entre los viajeros, en un momento en que es esencial restablecer la confianza. Es esencial garantizar que todas las partes interesadas a lo largo de la cadena de valor de los viajes trabajen juntas para que podamos contribuir a la reactivación económica de esta región», concluyó Cerdá.

Fuente: Comunicado de prensa de la IATA

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