No perder los beneficios de la conectividad aérea además de seguir invirtiendo en mejorar la infraestructura en tierra y en el aire fueron las recomendaciones de la IATA para Panamá.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, en siglas en inglés) solicita al Gobierno de Panamá seguir trabajando en conjunto con la industria del transporte aéreo, para abordar los retos y plantear las mejores alternativas que permitan aprovechar la creciente demanda de conectividad aérea en el país para así mantener la competitividad de su economía.
En su discurso durante la celebración del Día de la Aviación de Panamá —organizado por
IATA, la Asociación de Líneas Aéreas en Panamá (ALAP), la Asociación Latinoamérica y del
Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) y la
Autoridad Aeronáutica Civil (AAC)— Peter Cerdá, Vicepresidente Regional de IATA para las
Américas, destacó la necesidad de abordar los siguientes retos que afronta la industria en
Panamá:
Optimización del espacio aéreo: Para mantener y aumentar los beneficios económicos de la aviación, la optimización de su espacio aéreo es fundamental. Las autoridades deben lanzar este proyecto que permitirá aumentar las operaciones por hora de las 35 a 40 actuales a 70, lo que aliviará la congestión actual, mejorará la puntualidad y reducirá la huella de carbono de la industria.
Expansión de Tocumen: La expansión del Aeropuerto Internacional de Tocumen es
necesaria para que Panamá se mantenga competitivo como un importante centro de
conexiones. Por eso es imprescindible que el gobierno ponga en marcha la adquisición de los
terrenos necesarios para la construcción de una tercera pista. A su vez, debe proteger el
entorno del aeropuerto para evitar que el crecimiento urbano aledaño limite futuras
expansiones.
Ver a la industria como aliado estratégico: El Estado debe ver a la industria como un aliado natural y evitar establecer impuestos que afecten al centro de conexiones. Vemos con gran preocupación la iniciativa legislativa de establecer un impuesto a los pasajeros que conectan a través de Panamá, ya que este cobro le restará competitividad al país. Tomando en cuenta que ninguno de los otros grandes puntos de conexión en la región, como Bogotá, Lima o México, tienen este tipo de cobro, este impuesto pondría en riesgo dos tercios de la
contribución económica de la industria al país que podría pasar de $ 8,500 millones a $2,381 millones y de 238,000 empleos a solamente 67,000.
Reducción del impacto medioambiental: Con el Plan de Compensación y Reducción de
Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA, por sus siglas en inglés) detendremos el
crecimiento de la huella de carbono de nuestra industria. Nuestro próximo objetivo es reducir, para el 2050, las emisiones netas a la mitad de los niveles de 2005. Las aerolíneas están invirtiendo en medidas de eficiencia para lograr esto, incluyendo nuevos aviones, mejores procedimientos y un entorno adecuado para la comercialización del combustible de aviación sostenible. El gobierno de Panamá ya está implementando CORSIA y necesitamos que solucione las ineficiencias en la gestión del tráfico aéreo.
“Las decisiones que se tomen con base a lo discutido en términos de infraestructura, impuestos, regulaciones, y competitividad marcarán el destino de la aviación comercial en Panamá por los próximos veinte años. Esto hace necesario el compromiso de trabajar en conjunto con el Estado y todos los que formamos parte de la cadena de valor de la industria», puntualizó Cerdá.
Teniendo en el Aeropuerto Internacional de Tocumen, uno de los centros de conexiones más
importantes en la región, Panamá es el país con la mayor conectividad aérea de
Latinoamérica, con 89 destinos directos. Con una estimación de crecimiento del doble de
número de viajeros para las próximas dos décadas, Panamá se encuentra en una coyuntura
en la que debe decidir el camino a tomar para aprovechar los beneficios económicos y
sociales de la aviación.
“Además de conectar personas, la conectividad aérea, potenciada por una estrategia de
Estado que reconoce sus beneficios, ha sido hasta ahora uno de los principales motores para
impulsar el turismo, las sedes regionales de empresas multinacionales, el comercio, logística
y la inversión extranjera, entre otros sectores”, afirmó el ejecutivo.
Según el estudio actual de IATA, el transporte aéreo aporta —directa e indirectamente—
unos $8,500 millones a la economía panameña, que equivale al 14% del PIB del país, y
genera unos 238,000 empleos directos e indirectos.
“Panamá es un ejemplo claro de cómo el transporte aéreo puede ser desarrollado para
convertirse en la piedra angular de su economía. Sin embargo, el país se encuentra hoy en
una coyuntura. A pesar de que ha creado las condiciones para convertirse en uno de los
centros de conexiones más importantes de las Américas, actualmente tiene otros
competidores en la región que están alcanzándolo. Esto significa que Panamá no puede
perder lo que con tanto trabajo han logrado hasta ahora”, concluyó Cerdá.