Las Américas, el destino más atractivo para las cadenas de suministro de Estados Unidos

Una encuesta de KPMG dirigida a ejecutivos estadounidenses reveló que 81% relocalizarán sus operaciones en la región por la proximidad. Entre los encuestados están representantes de los sectores aeroespacial y defensa, transporte y logística.

La región de las Américas se ha convertido en la primera opción para la relocalización de las cadenas de suministro que atienden al mercado estadounidense, reveló un informe realizado por KPMG.  Un 81% de ejecutivos consultados indicaron que, una vez completados los ajustes de strategic shoring (apuntalamiento estratégico), mudarán sus cadenas de suministro desde otros continentes (como Asia) a la región. 

Ricardo Delfín, socio Líder de Clientes y Mercado y Héctor Díaz-Santana, socio de Impuestos y Legal de KPMG México, explicaron cómo acontecimientos geopolíticos y medioambientales surgidos a partir de la pandemia de Covid-19 están transformando el panorama de las cadenas de suministro, durante la presentación del informe «El beneficio de la proximidad: Reestructuración estratégica de las cadenas de suministro en las Américas»

El sondeo se realizó entre 250 ejecutivos ubicados en Estados Unidos, de varios sectores como aeroespacial y defensa, transporte, logística y distribución, tecnología, telecomunicaciones, entre otros, cuyas organizaciones han trasladado algunas de sus operaciones de cadenas de suministro a las Américas en los últimos cinco años o se encuentran en este proceso.

Un 76% manifestó que planea realizar estos cambios en los próximos dos años y 69% aseguró que las cadenas de suministro tendrán su sede en las Américas (actualmente 59% están en la región).

Los eventos disruptivos de los últimos años (fenómenos naturales, la guerra entre Rusia y Ucrania, los conflictos en Medio Oriente por la guerra Israel-Gaza-Líbano y las guerras comerciales) han demostrado la vulnerabilidad de las cadenas de suministro globalizadas. 

El strategic shoring

Las organizaciones ahora recurren a un enfoque más localizado, centrándose en la proximidad para aumentar su agilidad y estabilidad. El Strategic Shoring consiste en trasladar la huella geográfica de una cadena de suministro global a ubicaciones en las Américas, a fin de acercar la producción a Estados Unidos.

«Algo que nos dicen varios de estos directivos que acercaron sus cadenas de suministro al continente americano es que precisamente esta relocalización estratégica ha mejorado la resiliencia de sus cadenas como el de suministro así como su agilidad operativa», indicó Ricardo Delfín.

El informe también reveló que las empresas están haciendo sus rutas comerciales en las Américas más dinámicas para reducir su dependencia de EE. UU y Canadá. En la actualidad 62% de las cadenas de suministro de Estados Unidos se encuentran en ese país, pero en los próximos años el porcentaje se reducirá a 44%. En Canadá, la presencia actual es de 39%, pero también se anticipa una reducción en los próximo años a 30%. 

Un 76% de las compañías han decidido acercar sus operaciones
a las Américas, para servir mejor al mercado en EE.UU., logrando así reducir los tiempos
de entrega, y  diversificar el suministro.

En cambio, actualmente en México se encuentra 27% de las cadenas de suministro estadounidenses, pero esta cifra crecerá a 36% en los próximos años. Brasil experimentará una reducción de 29% a 27%. El estudio anticipa un aumento marginal (1 punto) de la presencia de las cadenas de suministro estadounidenses en Colombia y Chile.  

“La relocalización de operaciones en México y otros países de la región, comúnmente conocida como nearshoring, obedece a múltiples intereses; no obstante, el mercado en EE.UU. destaca como los más importantes la reducción de plazos de entrega, la diversificación del suministro, el acceso a talento humano capacitado y la reducción del riesgo. Para nuestro país, esto representa oportunidades, pero también retos, tales como garantizar el acceso a recursos naturales y energía, contar con talento calificado, entre otros”, señala Ricardo Delfín.

Para los encuestados, el costo sigue siendo prioritario en el proceso de construir cadenas de suministro resiliente (33%), sin embargo este aspecto era más importante hace dos años (37%). Actualmente la velocidad y eficiencia o incentivos fiscales tienen también mayor peso al momento de analizar esta decisión (28%), en comparación con el año 2022 (25% y 32% respectivamente). La flexibilidad/agilidad y sostenibilidad (27%) cobran más importancia actualmente (25% hace dos años), mientras que el cumplimiento, que era el tercer campo más importante en 2022 (30%) bajó a 22%. 

“Más de la mitad de las empresas reconocen que los impuestos y las regulaciones son factores decisivos para concretar sus metas de strategic shoring. Ante ello, México se encuentra en un lugar privilegiado, ya que, además de estar muy cerca de EE.UU., cuenta con tratados comerciales internacionales que coadyuvan en materia tributaria y regulatoria”, destaca Héctor Díaz-Santana.

Entre los principales factores por los que las empresas deciden no adoptar el strategic shoring se encuentran: complejidad de un cambio sustancial en la cadena de suministro (39%); satisfacción con los costos generales actuales (34%), mejor acceso a las habilidades o talentos necesarios en la ubicación actual (34%); dificultad para beneficiarse de acuerdos comerciales en nuevos países potenciales (34%) y deseo de mantener la participación de mercado en los países donde opera actualmente la cadena de suministro (29%).

También se toman en cuenta otros factores como: dificultad para materializar los beneficios de los incentivos gubernamentales prometidos en nuevos países potenciales (29%), diversidad de proveedores de segundo y tercer nivel en la ubicación actual (21%), falta de sitios con suficiente infraestructura de producción y envío para satisfacer las necesidades (21%), dificultad para repatriar los ingresos por la venta de activos de producción en la ubicación actual del proveedor (18%), complejidades regulatorias, de cumplimiento y ASG con nuevas ubicaciones (18%) y falta de interés de la Alta Decisión (8%).   

Retos de la implementación   

Los tomadores de decisiones señalaron como los desafíos más apremiantes: dificultades reglamentarias para aprovechar los acuerdos de libre comercio / incentivos gubernamentales (31%); costo real de la mano de obra necesaria (29%), costo real de la producción (27%); falta de herramientas en la localidad (24%) y entorno fiscal (23%).

Otros retos son: diferencias culturales entre la nueva ubicación y la base de operaciones (22%); incidentes de ciberseguridad (21%); baja calidad o disponibilidad de proveedores de segundo o tercer nivel (21%); incidentes de seguridad física (18%); infraestructura insuficiente (16%); riesgo de fraude o pérdida de IP e Inquietud social (16%) y falta de capacidades lingüísticas (14%).

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