Minsa evaluará a los viajeros procedentes de países endémicos y no endémicos que también ingresen por puertos y pasos fronterizos. La OMS reporta más de 350 casos a nivel global y ya Costa Rica anunció el primero.
El Gobierno de Panamá estableció la vigilancia epidemiológica en los principales puntos de entradas al país para la prevención, control y atención de la viruela símica, conocida también como viruela del mono.
El Plan Nacional anunciado por el Ministerio de Salud (Minsa) incluye la evaluación de los viajeros procedentes de países endémicos o no endémicos que ingresen por aeropuertos, puertos y pasos fronterizos.
La vigilancia epidemiológica tiene el propósito de detectar oportunamente la introducción de la enfermedad en el país, monitorear diariamente la aparición de posibles casos sospechosos y de casos confirmados de la enfermedad.
El Minsa aseguró que el país no reporta casos, pero el Ministerio de Salud de Costa Rica ya confirmó el primero en esa nación. Se trata de una mujer de 21 años de nacionalidad noruega, que ingresó a territorio tico hace 10 días. La Organización Mundial de la Salud (OMS) contabiliza más de 350 casos en el mundo. Reino Unido y España son los países con más contagios.
Medidas de prevención
El Minsa recomienda evitar el contacto directo o indirecto con sangre, fluidos corporales y lesiones en la piel de las personas afectadas y mantener el lavado de manos con agua y jabón o gel alcoholado frecuentemente. La viruela símica se transmite de persona a persona principalmente por estas vías y a través de gotitas de aire.
Además pide a las personas buscar atención médica inmediata en caso de presentar síntomas como fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, o fatiga extrema.
El proceso de infección se divide en dos fases: período de invasión entre los días 0 a 5, se caracteriza por fiebre, cefalea intensa, linfadenopatía (inflamación de ganglios linfáticos), dolor lumbar, mialgias (dolores musculares) y astenia intensa.
El período de erupción cutánea se desarrolla entre 1 y 3 días después del inicio de la fiebre y se caracteriza por la aparición de distintas erupciones, que por lo general afecta primero al rostro y luego se extiende al resto del cuerpo.