El pasado martes arribó al país el sexto lote con 63 mil 180 dosis desarrolladas por Pfizer-BionTech
El Gobierno de Panamá modificará los protocolos sanitarios para el ingreso de viajeros a su territorio, ante el avance del proceso de vacunación contra la Covid-19 en varios países.
El ministro de Salud, Francisco Sucre, explicó que aquellos pasajeros que hayan sido inmunizados con las dos dosis e ingresen por vía aérea, terrestre o marítima no tendrán que someterse al hisopado o prueba de trazabilidad. Solo deberán presentar la tarjeta emitida por el Ministerio de Salud de su país que demuestre su aplicación.
«El protocolo se va a variar porque aquellas personas que tengan sus dos dosis puestas, aunque vengan de otros países no necesitan hisoparse o hacerle la trazabilidad porque esas personas ya deben tener la inmunidad después de la segunda dosis«, explicó.
Sin embargo, el ministro indicó que las autoridades se mantendrán alerta con los pasajeros provenientes de países donde se han detectado nuevas cepas. «Hay cuatro países, cuatro áreas a las que debemos prestarle atención por la distribución de nuevas cepas. Dentro de esos están Estados Unidos, Sudáfrica, Reino Unido y ahora Brasil. Son cuatro países con los cuales la vigilancia epidemiológica se va reforzar».
Llega el sexto lote de vacunas
El pasado martes 17 de marzo llegó al país el sexto cargamento con 63 mil 180 dosis de la vacuna desarrollada por Pfizer-BioNtech. El país ya ha recibido un total de 350 mil 860 dosis de esa marca y quedan pendientes 99 mil 140, las cuales, según el acuerdo suscrito entre la empresa fabricante y el gobierno panameño, deben llegar al país antes del 30 de este mes. El gobierno negoció un total de 450 mil dosis.
Ante las dudas que han surgido con la vacuna fabricada por AstraZeneca y su suspensión en varios países de Europa, el ministro Sucre indicó que Panamá debe ser cauteloso y esperar la información adecuada que incluya todos los elementos científicos para conocer si la vacuna es segura para la población.
Panamá recurrirá a la adquisición de otras vacunas de Pfizer y otras marcas como plan B, en caso de que se comprueben las presuntas reacciones secundarias que ocasionaría la de AstraZeneca, entre las que se han señalado problemas de coagulación.