Por José Ricardo Botelho, director ejecutivo y CEO de ALTA.
Comenzamos un nuevo año reafirmando la misión firme en ALTA de representar la voz de la industria aérea en América Latina y el Caribe y tender puentes de colaboración dentro de la industria y entre sectores público y privado. Necesitamos seguir avanzando en las medidas críticas para que la región sea más competitiva para el desarrollo del transporte aéreo, generar mayores oportunidades para la población y mayores beneficios para los países.
Tender estos puentes implica trabajo consistente y en equipo, aportar conocimientos técnicos, escuchar y proponer. Y es que, desde sus orígenes, la aviación ha sido una industria que reta el status quo a través de la innovación, que genera oportunidades que antes no se pensaban, que genera desarrollo. Y esto ha sido y es posible cuando se activa un ecosistema que trabaja articuladamente.
Ese trabajo a través de los años ha permitido que hoy aviación sea el medio de transporte más seguro y eficiente. Un medio que transporta personas y mercancías incluso a lugares remotos y, con ello, lleva oportunidades, empleos, posibilidades que, de otro modo, no existirían.
En Latinoamérica, una de las regiones del mundo con mayores extensiones territoriales, cordilleras, selvas y desiertos, y en el Caribe, una región conformada por islas, necesitamos el transporte aéreo en la cotidianidad. Se trata de un servicio esencial.
Sin embargo, la demanda de los pasajeros aéreos es suamente elástica. Esto quiere decir que cualquier variación en la tarifa a pagar se ve rápida y directamente reflejada en el número de viajeros. Incluso lo que pueden parecer unos pocos pesos adicionales en la tarifa final que pagan los usuarios inclina la balanza para que ellos cambien el medio de transporte más seguro y eficiente por alternativas en tierra o que simplemente los viajeros internacionales que desean visitar un país se decidan por otro destino a donde el tiquete aéreo es más económico.
Este primero de enero Colombia retomó el cobro del 19% del IVA a los tiquetes aéreos y, como ya sabemos, tendrá una repercusión importantísima en el precio final que pagarán los usuarios. Además, el combustible, que representa el 50% de la estructura de costos de los operadores aéreos, comenzará a pagar nuevos tributos en las operaciones internacionales, lo cual representa un sobrecosto de US$ 20,3 millones que impactará las tarifas. Y esto perjudica a la población de manera directa.
A pesar de los esfuerzos que ha hecho la industria para generar operaciones más eficientes y modelos de viaje que se ajusten a las necesidades de los usuarios, los impuestos, los costos no relacionados, la inflación, la devaluación de las monedas y situaciones como la subida de los precios del petróleo incrementan sustancialmente la operación y, en consecuencia, hacen que sea más costoso el precio de adquisición de tiquetes para la población.
No olvidemos que el viajero en Colombia no solo es el turista, es el trabajador, son las familias que necesitan trasladarse de manera segura. Subir los impuestos y, con ello, incrementar sustancialmente las tarifas de los tiquetes supone un retroceso en el camino de desarrollo que venimos transitando para democratizar el transporte aéreo y hacerlo un servicio cada vez más inclusivo. La consecuencia será una reducción en las posibilidades de la población de acceder a este servicio.
Esto tendrá además un impacto que no se ve inmediatamente y es en el costo del transporte de cargas, que es tan importante para las cadenas de suministro de las cuales la población se beneficia en la cotidianidad. Esto sucede porque el 50% de la carga aérea se transporta en las barrigas de los aviones de pasajeros y debemos considerar que, con los altos costos tributarios y la merma en la demanda de viajes, la posibilidad de transportar carga también se podrá ver reducida y por tanto la disponibilidad para transportar bienes y el incremento de los costos asociados con los productos que llegan a destino.
El cómo juega un rol clave. Se podría pensar que una mayor recaudación puede venir a partir del aumento en el gravamen, pero esto genera en no muy largo plazo una merma en la demanda. Mientras una reducción del gravamen facilita el acceso a los servicios y con ello amplía la demanda y genera un crecimiento consistente que genera más recaudación fiscal. Es decir, el reducir las barreras al precio del transporte aéreo genera un mayor flujo de viajeros que, al gastar más en el país, genera mayores recaudos de manera directa, indirecta e inducida.
Los impuestos y costos no relacionados no deberían incrementar aún más y reducir la posibilidad de las personas de usar el medio de transporte más seguro y eficiente. El IVA no es el único tributo que impacta al sector en Colombia. Existen tributos con destinos específicos relacionados con el servicio, otros que parcialmente se dedican al servicio y otros que van directamente a las arcas generales de la nación. Algunos de los impuestos, tasas y contribuciones son: Tasa aeroportuaria, IVA, Impuesto de timbre o de salida al exterior, Parafiscal al turismo. Algunos otros impuestos, tasas y contribuciones que pagan las aerolíneas son la Contribución especial para la vigilancia de la SuperTransporte y los Impuestos en el combustible. El tema tributario es sin duda un área de oportunidad para mejorar la competitividad del país.
El sector de viajes y turismo es una importante fuente de bienestar socioeconómico para el país más allá del petróleo. Es un sector que viene presentando una creciente demanda y, con ello, una creciente necesidad de inversiones en personal, en educación, en infraestructura, en tecnologías, en servicios relacionados y más, que generará desarrollo para todos los sectores de la población.
En esta etapa de la construcción del Plan Nacional de Desarrollo para Colombia, nos ponemos nuevamente a disposición de las autoridades para contribuir con estadísticas, estudios técnicos e ideas propositivas y constructivas que busquen el consenso, que atiendan las necesidades del país de manera eficiente sin imponer más barreras para el sector que genera cada vez más empleos y bienestar socioeconómico para toda la población.