La retención de $3,800.000 destruyó la confianza de las aerolíneas en ese mercado y, por ende, la conectividad aérea del país, señala IATA.
La retención de fondos de ventas de boletos, por parte del Gobierno de Venezuela, ahuyentó a las aerolíneas internacionales, muchas de las cuales dan por pérdida el dinero retenido. Desde 2012, el gobierno adeuda a las aerolíneas $3,800.000.000, las cuales no han podido recuperar los fondos y optaron por dejar de volar al país, que llegó a ser un mercado importante en la región.
Esto a quien más perjudicó fue a Venezuela, señaló Alicia Lines, directora regional de Servicios Financieros y de distribución de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA). “En realidad la gran pérdida la tuvo el país al perder la conectividad con el mundo, porque simplemente dejó de ser un país adonde el negocio no era viable ya y cuando no hay negocio viable, no hay conectividad”.
Lines añadió que en la región no hay muchos casos el venezolano. Se presentó un hecho similar, pero de menor magnitud, en Bolivia, que mantenía bloqueados alrededor de $42,000.000, sin embargo, la situación se superó.
“Tuvimos un caso con Bolivia, pero dichosamente podemos reportar que ya no existen los fondos expropiados y de todas maneras hay cooperación con el Gobierno boliviano y con la Banca boliviana para que estos flujos se mantengan contantes de ahora en adelante. Hay otros países que han tenido pequeños retrasos, algunos en el Caribe, donde a veces hay disminución en la disposición de divisas, pero no es una acción de control necesariamente, e igual encontramos maneras de resolverlo”.
Lines indicó que lo que ha hecho la IATA es establecer una comunicación cercana con los gobiernos, el sistema bancario, con las líneas aéreas para que se entienda la importancia de la conectividad y de la industria aérea y su aporte a las economías.
Sus declaraciones se produjeron durante un Workshop realizado para los medios de comunicación de varios países que realizan la cobertura del Wings of Change Americas (WOCA), organizado por la IATA, que se celebra en Bogotá, Colombia el 25 y 26 de junio y cuenta con la participación de autoridades de la industria aérea, expertos y representantes de gobiernos.