La mala racha de Boeing continúa, luego del incidente con un 737-MAX de Alaska Airlines a principios de año. En lo que va de mes se han producido varios eventos.
Un vuelo de Latam Airlines, que cubría la ruta entre Sidney, Australia y Santiago de Chile, debió realizar un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto Internacional de Auckland, Nueva Zelanda, luego de perder altura de forma violenta unos 100 metros, durante varios segundos. En el vuelo iban 272 personas y 50 resultaron heridas al ser lanzadas contra el techo del aparato.
En el evento estuvo involucrado un Boeing 787-9 Dreamliner, matrícula BGG. Doce de los heridos debieron ser ingresados de emergencia. La aerolínea indicó que trabaja con las autoridades para investigar las causas del evento. Pasajeros y especialistas destacan que se trató de un problema técnico.
Boeing continúa con su mala racha, a raíz del incidente registrado a principios de año en un Boeing 737 MAX 9, de Alaska Airlines, que perdió parte de su fuselaje en pleno vuelo. El Departamento de Justicia de los Estados Unidos abrió una investigación penal contra la compañía.
La semana pasada, un Boeing 737, de United Airlines, debió realizar un aterrizaje de emergencia en Huston, Texas, debido a un incendio en un motor, minutos después de despegar. United indicó que el motor succionó plástico de burbujas que había en el aeropuerto.
Otro avión, que cubría la ruta San Francisco-Ciudad de México, también realizó un aterrizaje de emergencia en Los Ángeles, debido a un problema con el sistema hidráulico. El jueves 7, un neumático de un Boeing 777-300 se desprendió después de despegar de San Francisco, al intentar guardar su tren de aterrizaje, afectando varios automóviles que se encontraban estacionados en la zona del parking de empleados del aeropuerto. El vuelo, que tenía como destino Japón, con 183 pasajeros, tuvo que ser desviado a Los Ángeles.
Mientras que el viernes 8, otro Boeing 737 MAX-8, procedente de Memphis, Tennessee se salió de la pista de aterrizaje en el Aeropuerto Internacional George Bush en Huston, Texas y rodó hacia el pasto.
El 11 de marzo, otro Boeing 777-300, de United Airlines, que cubría la ruta Sydney-San Francisco, tuvo que regresar a su punto de partida, dos horas después de iniciar su viaje, debido a un problema de mantenimiento. El avión tuvo una fuga de líquido hidráulico en el área de su tren de aterrizaje.
John Barnett, ex gerente de Calidad de la Boeing, fue encontrado muerto, el pasado 11 de marzo, por una presunta herida de bala «autoinflingida». Barnett había denunciado irregularidades en los controles de calidad de la empresa.