Pekín dictaminó que en un mes todas las empresas de aviación deben reconocer a Taiwán como parte de su territorio
Las aerolíneas norteamericanas están en riesgo de perder pasajeros continentales si no acatan la orden dada por Pekín de que se reconozca a Taiwán como parte de China. El gobierno asiático dio un plazo de un mes a las compañías aéreas del mundo para que lo hagan.
China exige al gobierno estadounidense su reivindicación de «una sola China» y ha expresado su disgusto ante la cercanía del presidente Donald Trump con la presidenta independentista de Taiwán Tsai Ing-Wen.
En las aerolíneas norteamericanas hay resistencia al respecto y entre las sanciones que podrían sufrir en caso de no acatar la orden se encuentran demoras en el control del tráfico aéreo, inspecciones de rampas y atascos en los controles de inmigración y seguridad, informó Robert Mann, responsable en Nueva York de la consultora de aviación R.W. Mann &Co. «Fuera de la prohibición abierta los chinos podrían crearles dificultades comerciales y operativas a las empresas aéreas estadounidenses que arriban o parten de los aeropuertos chinos», advirtió.
El gobierno chino podría además exhortar a los viajeros continentales a boicotear a las aerolíneas estadounidenses e imponer límites al turismo, a través de la aprobación de menos paquetes turísticos, táctica que le funcionó contra Corea del Sur, cuando ese país decidió desplegar el año pasado el escudo antimisiles estadounidense en su suelo, a pesar de las quejas de China.
Algunas aerolíneas como la australiana Quantas, British Airways, Lufthansa, Airways Ltd y Japan Airlines han modificado la forma de mencionar a Taiwán en sus sitios web para evitar sanciones, mientras que Delta Air Lines Inc y American Airlines Group Inc siguen denominando a la isla una región o país. El gobierno norteamericano, por su parte, pidió a China reconsiderar la medida, pero esto fue rechazado.
Delta y American Airlines – que tienen plazo hasta el 25 de julio para cumplir lo dictado por el gobierno chino- señalaron que están consultado con el gobierno de los Estados Unidos la medida, mientras que la Casa Blanca tildó a orden de «tontería orwelliana».