Desde octubre, las aeronaves con rutas en el Pacífico Sur, Asia y los polos deberán contar con un sistema de rastreo
A partir de octubre de este año entrará en vigencia una nueva normativa de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) que obligará a los aviones que transiten por zonas remotas a instalar un sistema de rastreo para reportarse cada 15 minutos.
Esta exigencia será para las aeronaves cuyas rutas se encuentren en regiones como el Pacífico Sur, Asia y zonas polares, que no están sujetas a control de tránsito aéreo.
The Normal Aircraft Traking Implementation Initiative (NATTI) surgió a raíz de la desaparición del vuelo MH370 de Malaysia Airline, en marzo de 2014, en el océano Índico, caso que generó una fuerte discusión sobre el tema de seguridad.
Gilberto López Meyer, vicepresidente senior de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), explicó que este sistema permitirá reducir el radio de búsqueda en caso de que desaparezca una aeronave. «Los aviones van a tener que tener un sistema de localización en todo el mundo y van a tener que transmitir su posición cada 15 minutos. Eso genera que cuando un avión desapareciera el rango de búsqueda va a ser más restringido porque es lo que vuela un avión en 15 minutos».
Aquellos aviones que no tengan activos sus dispositivos de rastreo no podrán continuar sus operaciones en esas rutas.
López Meyer indicó además que la IATA está participando con la OACI en la redacción de otra normativa que entrará en vigor en 2021 y obligará a fabricantes de aviones nuevos a instalar un sistema que dispare una señal en casos de condiciones anómalas como súbito descenso, falla de motores, pérdidas de generadores, pérdida de presurización, entre otras. En estos casos el tiempo de reporte de los pilotos se reducirá a un minuto.
El vicepresidente de la IATA indicó que muchas aerolíneas en el mundo, como Qatar y Emirates, ya tienen el sistema de reporte cada 15 minutos e incluso están pensando a reducirlo a 1, pero ahora tendrá carácter obligatorio. Se trata de una tecnología costosa que las compañías aéreas deberán asumir si desean seguir prestando servicios en estas rutas.