Iata advierte que no hay suficiente combustible verde SAF y urge medidas de los gobiernos

El combustible de aviación sostenible aún es insuficiente para atender el consumo mundial de combustible.

Las señales contradictorias, como los subsidios a combustibles fósiles, obstaculizan la expansión del SAF. Políticas claras y la redirección de incentivos hacia energías renovables son esenciales para acelerar la transición energética y alcanzar la meta de emisiones netas cero en 2050.

La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés) informó que la producción de Combustible de Aviación Sostenible (SAF) alcanzó 1 millón de toneladas en 2024, duplicando los niveles de 2023. Sin embargo, este crecimiento sigue siendo insuficiente para cumplir con las metas de descarbonización del sector. La producción proyectada para 2024, inicialmente estimada en 1.5 millones de toneladas, no se alcanzó debido a retrasos en instalaciones clave en los Estados Unidos.

Para 2025, se espera que la producción aumente a 2.1 millones de toneladas, representando apenas el 0.7% del consumo global de combustible para aviones. Willie Walsh, director general de la IATA, señaló que el progreso es demasiado lento y destacó la necesidad de eliminar subsidios a combustibles fósiles y establecer incentivos claros para energías renovables como el SAF.

“Debo decir que es un poco decepcionante ver que los números de producción de SAF no han podido alcanzar los estímulos del año pasado de 1,5 millones de toneladas, que pensábamos que, debido a los diferentes dirigentes de políticas, podíamos encontrar ese tipo de producción. Pero nos quedamos con solo 1 millón de toneladas, menos de un porcentaje de combustible sostenible en el bolsillo de combustible comercial”,  resaltó Preeti Jain, jefa de Investigación y Programas de Net Zero.

 

 

La IATA subrayó que el SAF es fundamental para alcanzar las emisiones netas cero de CO2 para 2050, un objetivo que requiere construir entre 3,000 y 6,500 plantas de combustibles renovables, con una inversión anual de $128,000 millones. Además, abogó por diversificar los métodos de producción de SAF más allá del HEFA, que representa el 80% de la producción actual, e implementar un marco de contabilidad global para garantizar transparencia y evitar la doble contabilización.

Una reciente encuesta de la IATA reveló que el 86% de los viajeros apoya que los gobiernos incentiven la producción de SAF y una proporción similar cree que las compañías petroleras deben priorizar su suministro a las aerolíneas. Este respaldo público refuerza la urgencia de políticas que impulsen la transición energética en la aviación.

Con la colaboración de gobiernos, productores y la industria, el SAF puede desempeñar un papel crucial en la transición energética global, no solo para la aviación, sino también para otras industrias dependientes de combustibles renovables.

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