La odisea de Nizan Hussein Shalak, quien duró 45 días en el aeropuerto de Guayaquil luego de perder su pasaporte, revela el estado de indefensión de algunos ciudadanos ante sus consulados
El ciudadano libanés Nizan Hussein Shalak regresó a su hogar el 14 de junio, luego de estar más de dos meses atrapado en las instalaciones de tres aeropuertos, sin poder movilizarse por falta de documentos de viaje.
El pasajero evocó la historia del iraní Mehram Karimi Nasseri, quien debió permanecer 18 años en un aeropuerto de París-Charles de Gaulle, e inspiró el personaje de Viktor Navorski, de la película La Terminal,
Nizan Hussein Shalak perdió sus documentos durante su viaje. El ciudadano, de 56 años, quien iba de regreso a su país, tomó un vuelo desde Ecuador hasta el Líbano, con escala en Perú y luego a España, donde se percató que en algún momento de su travesía extravió su pasaporte y dinero. Allí debió permanecer 10 días en la sala de embarque del aeropuerto de Barcelona y fue deportado hasta Lima, donde estuvo 11 días y luego a Ecuador, donde permaneció otros 45.
Durante el proceso, las autoridades ecuatorianas se movilizaron para lograr que el Consulado del Líbano en Bogotá le emitiera el documento de identificación, ya que el Consulado en Ecuador no tramita pasaportes, pero las autoridades de ese país no respondieron en esa oportunidad. El 12 de junio, la Defensoría del Pueblo de Guayaquil presentó ante un tribunal un recurso de Hábeas Corpus para que Nizam Shalak pudiera viajar, y este fue aprobado debido a que se comprobó que al ciudadano se le violó su derecho a la libre movilidad.
El canciller de Ecuador, José Valencia, aseguró el miércoles que a Nizam Shalak se le había entregado un pasaporte y un pasaje de retorno, emitido por la embajada en Bogotá.
Previo a la solicitud, la Defensoría visitó al ciudadano, quien dormía en los asientos de la sala de embarque internacional y compraba comida con los cupones que le entregaba la aerolínea Latam, con la que tenía vuelo. El personal de seguridad le permitía bañarse algunos días en un lugar de acceso restringido.
La situación demostró el estado de indefensión al que están expuestos los ciudadanos de algunos países ante la pérdida de sus documentos de viaje, ya que sus embajadas no tienen los protocolos necesarios para estos casos o no responden oportunamente.
Con información de Agencias