El precio del combustible y las altas tasas afectan la operatividad de la industria en Latinoamérica
«Latinoamérica y el Caribe es un lugar caro para hacer negocios. Los impuestos, las tasas y las políticas gubernamentales representan una gran carga. Los gobiernos miran a la aviación como una fuente de ingresos. Pero deben verla como una poderosa catalizadora de ingresos. Reducir los costes de la industria devolvería grandes dividendos económicos y sociales», dijo De Juniac.
IATA destacó algunas áreas donde las políticas fiscales son excesivas y contraproducentes:
- La política de precios del petróleo en Brasil aumenta los costes anuales en 800 millones de dólares.
- El monopolio del petróleo en Ecuador y Colombia generan costes desorbitados, especialmente en Ecuador, donde además se suma el impuesto del 5% sobre el combustible.
- Colombia tiene una tasa de conectividad y una tasa de salida. Además, los alcaldes de los municipios quieren aplicar una tasa a los pasajeros de 5 dólares, destinada al mantenimiento de las carreteras.
- Argentina tiene las tasas aeroportuarias más altas, a lo que se suma el efecto negativo del monopolio —y mal servicio— de su única compañía de asistencia en tierra.
- En Santa Lucía, los impuestos y tasas (incluida la tasa de desarrollo aeroportuario) se están encareciendo de cara a la reparación de carreteras y a la construcción de un terminal marítimo.
- Las tasas turísticas son una pandemia (México, Colombia, Ecuador, Perú, Nicaragua, Jamaica, Costa Rica y Santa Lucía) y disuaden a los turistas de visitar la región.
Estructura Regulatoria Moderna
La IATA instó también a los gobiernos de toda la región a que desarrollen una estructura reguladora moderna basada en la armonización y el reconocimiento mutuo de los estándares. Si bien la región ha sido pionera en el desarrollo de marcas transnacionales, la regulación nacional limita los beneficios potenciales. Por ejemplo, las tripulaciones técnicas y los aviones no pueden optimizarse porque las políticas de seguridad no reconocen estándares comunes a través de la región.
«La seguridad es nuestra prioridad número uno. Pero la seguridad no se mejora con procesos redundantes. Si la tripulación de una línea aérea está certificada según un estándar comúnmente aceptado en Perú, ¿qué argumento —basado en la seguridad— puede prohibir que opere una ruta doméstica en Argentina? ¿O viceversa? Y si una aeronave está certificada en Brasil según un estándar comúnmente aceptado, ¿por qué debería volver a registrarse en Chile para operar?», dijo De Juniac.
La IATA llamó al diálogo entre gobiernos y aerolíneas de la región para encontrar soluciones que impulsen las eficiencias que se pueden generar a través del reconocimiento mutuo de estándares comunes.
«La aviación ya genera enormes beneficios en Latinoamérica y el Caribe. Más de 250.000 millones de personas viajan hacia, desde o dentro de la región y el transporte aéreo genera alrededor de 170.000 millones del PIB. Pero para que la aviación responda a la demanda de conectividad y proporcione los beneficios económicos y sociales que realmente es capaz, los gobiernos deben cooperar con la industria para garantizar que esto se cumpla», dijo De Juniac.