La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, anuncia una reforma que busca mejorar la experiencia del viajero sin comprometer la seguridad.

En una decisión histórica que cambiará la rutina de millones de viajeros, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos anunció, este martes, que los pasajeros ya no tendrán que quitarse los zapatos al pasar por los controles de seguridad de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés).

La medida, anunciada por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, pone fin a una política que ha estado vigente desde los años posteriores al 11 de septiembre y que se convirtió en sinónimo de los estrictos protocolos de seguridad en los aeropuertos estadounidenses.

“Poner fin a la política de ‘Shoes-Off’ es el último esfuerzo que el DHS está implementando para modernizar y mejorar la experiencia del viajero en los aeropuertos de nuestra nación”, señaló Noem durante el comunicado oficial.

“Esperamos que este cambio disminuya drásticamente los tiempos de espera de los pasajeros en nuestros puntos de control de la TSA, lo que llevará a una experiencia más agradable y eficiente para los pasajeros. Como siempre, la seguridad sigue siendo nuestra máxima prioridad”.

“Gracias a nuestros avances tecnológicos de vanguardia y a nuestro enfoque de seguridad multicapa, estamos seguros de que podemos implementar este cambio manteniendo los más altos estándares de seguridad. Esta iniciativa es solo una de las muchas que la administración Trump está llevando a cabo para marcar el comienzo de la visión del presidente de una nueva Edad de Oro de los viajes estadounidenses”, añadió la secretaria de Seguridad Nacional.

Según el DHS, esta nueva política busca agilizar el paso por los controles de seguridad, reducir los tiempos de espera y mejorar la hospitalidad en los aeropuertos del país. La decisión entra en vigor de forma inmediata en todos los aeropuertos nacionales.

La secretaria Noem destacó que la seguridad sigue siendo la prioridad principal del gobierno y aseguró que el cambio se da en un contexto en el que las tecnologías de detección han evolucionado significativamente, permitiendo detectar amenazas sin necesidad de que los pasajeros se descalcen.

Esta decisión representa uno de los ajustes más visibles dentro de una serie de transformaciones impulsadas por la administración Trump para redefinir el sistema de viajes aéreos en Estados Unidos. La visión, definida por Noem como “una nueva Edad de Oro de los viajes estadounidenses”, apunta a una experiencia más eficiente y menos intrusiva para los pasajeros.

Pese a este cambio significativo, la TSA mantendrá el resto de su enfoque de seguridad en capas, lo que incluye:

  • la verificación de identidad,
  • la revisión previa de pasajeros mediante el sistema Secure Flight y
  • otros filtros de seguridad.

El anuncio sigue a otras iniciativas recientes del DHS. El pasado 2 de julio, la TSA lanzó su programa “Serve with Honor, Travel with Ease”, que otorga beneficios a miembros del servicio uniformado y sus familias, como descuentos en TSA PreCheck y acceso a carriles acelerados. Asimismo, desde mayo, la implementación de la norma REAL ID ha alcanzado un cumplimiento del 94 %, facilitando también los controles en los aeropuertos.

El fin de la política de quitarse los zapatos marca, sin duda, un antes y un después en la experiencia del viajero estadounidense. Aunque para muchos era una simple molestia, para otros se trataba de un símbolo de una era marcada por el miedo. Hoy, el DHS parece decidido a dar un paso hacia una nueva etapa: una más fluida, tecnológica y centrada en la comodidad sin renunciar a la seguridad.

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