Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) anticipa que el comercio internacional de bienes y servicios crecerá a tasas proyectadas del 3,4% en 2025.
El ritmo de la economía mundial se espera que sigua siendo positivo este año con una tasa de crecimiento anual proyectada de 3.2% para este año, según anticipó Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En 2024 la economía global habría crecido en 3.2% mientras que el comercio internacional de bienes y servicios estaría por el orden del 3.1%.
Para Panamá la Cepal estima un crecimiento para este año de 3.1% por encima del promedio de la región de 2.4%.
Para este año se estima que el comercio internacional sumando mercancías y servicios crecerá a una tasa anual de 3.4%, lo que impulsará el sector de transporte marítimo, terrestre y aéreo.
La Cepal indica que la dinámica de la actividad económica de los países de la región de América Latina y el Caribe continúa siendo moderada.
Se estima que en 2024 las economías de la región crecieron un 2,2%, mientras que en 2025 el crecimiento regional sería de un 2,4%. Todo esto puede impulsar el mercado de importaciones y exportaciones que se mueve por carga aérea, terrestre y marítima.
La Cepal admite que el bajo crecimiento del PIB regional se ha traducido en que las economías de América Latina y el Caribe contribuyan cada vez menos al crecimiento mundial y en que la expansión del empleo se mantenga baja.
El comercio de bienes a nivel regional se caracteriza por una relativa estabilidad desde finales de 2022. Durante el primer semestre de 2024, las exportaciones en valor que totalizaron 694,000 millones de dólares permanecieron casi constantes, con una variación del 0,1% respecto del semestre anterior.
Por su parte, las importaciones en valor que se ubicaron en 656,000 millones de dólares) exhibieron una contracción del 1,5% en el mismo plazo.
Como resultado, el saldo de la balanza de bienes alcanzó un excedente de 37,600 millones de dólares, en línea con la tendencia superavitaria observada desde el primer semestre de 2023.
Este resultado se debe, en particular, al mayor dinamismo, durante los seis primeros meses del año, de algunos países que son influyentes en la dinámica regional. Entre ellos, se destacan: el Brasil, que se distingue por registrar un superávit de 37.300 millones de dólares, aunque se ha moderado, la Argentina, que muestra un superávit de 12.100 millones de dólares, en contraste con el déficit de 559 millones de dólares registrado en el semestre anterior, y el Perú, que consolida su situación superavitaria en 9,600 millones de dólares.
No obstante, la evolución del comercio exterior en la región continúa condicionada a la frágil demanda externa y a la moderación del crecimiento económico de los principales socios. A esto, se suma la baja dinámica de la actividad económica en la región, que incide en el comportamiento de las importaciones, incluidas las compras externas de bienes intermedios y bienes de capital, que se delinean como una posible variable de ajuste para mitigar las salidas de divisas desde la región.
Además, los precios internacionales de los principales bienes exportados e importados de la región se mantienen en niveles elevados, en un rango superior al registrado antes de la pandemia (2015-2019) y similar al observado durante el período del superciclo de las materias primas (2011-2014), aunque enmarcado en un contexto económico e internacional distinto.
En ese contexto, de acuerdo con las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, se prevé que los términos de intercambio registren una leve mejora del 1% en 2024 respecto de 2023, debido a que el descenso de los precios de importación sería mayor que el de los precios de exportación.
Cierta cautela para el sector logístico y las cadenas de suministro
La Cepal anticipa que la demanda externa pierda impulso como sostenedor de la dinámica de crecimiento regional. Pese a menores presiones en la oferta y las cadenas de suministro mundial y precios internacionales de los productos básicos en descenso, entre otros factores, persisten riesgos latentes, entre los que sobresalen la agudización de las tensiones geopolíticas y comerciales, que podría afectar la cotización internacional de las materias primas, así como fricciones renovadas en las rutas y la logística de transporte.
A esto se podría sumar un regreso a un proteccionismo elevado, que tendría como efecto mayores presiones inflacionarias.
Por ende, si bien la inflación mundial debería permanecer en una senda descendente, el ritmo y la magnitud de los recortes de las tasas de interés de política monetaria podrían constituirse en una fuente de riesgo al considerar el grado de exposición de los países de la región a la postura de la política monetaria en las economías avanzadas y, en particular, en los Estados Unidos.