La alimentación, las actividades y los destinos que se deben seleccionar para viajar con niños y el resto de la familia
Las vacaciones son para toda la familia, aunque cada uno tenga diferentes propósitos. Es posible que los mayores deseen descansar, mientras que los niños cuenten con suficiente energía para disfrutar cada día al máximo.
¿Cómo hacer que unos y otros vivan la mejor experiencia sin tener que sacrificar sus intereses? Al fin de cuentas, todos quieren recargar baterías y volver al trabajo, o al estudio, renovados.
Entonces el secreto está en conciliar. Para esto, hay que conocer los deseos de cada uno y analizar las opciones disponibles en todo sentido: el factor económico es importante, claro, y así mismo lo son las expectativas de los pequeños y los grandes, las limitaciones que alguno pueda tener en cuanto al tiempo, la distancia o el tipo de actividades que ofrece un lugar.
Lo ideal es garantizar plena actividad diaria para no alterar las rutinas de sueño, así los niños consolidan sus hábitos saludables y no hay traumatismos al volver al colegio. Es la hora de compartir en familia y proponer actividades que fortalezcan las relaciones, para eso se debe escoger muy bien y analizar las distintas opciones existentes. La agencia de viajes online Despegar.com presenta algunas claves para vivir y compartir un verano inolvidable:
1. El destino es un asunto de todos. Definir el lugar en el que la familia compartirá la temporada de vacaciones es una tarea que resulta mejor si todos participan. Los niños, siempre que haya lugares interesantes, con atractivos, bien sea de la naturaleza o creados para ellos, se adaptan fácilmente. El clima, el acceso a los sitios de mayor interés, los toures diseñados para los grupos (adultos, niños o toda la familia), inciden en la decisión. Ni los niños ni los adultos mayores deben constituir un impedimento para elegir un lugar, basta con llegar a acuerdos y planear de qué manera va a disfrutar cada uno la estadía.
2. Actividades para todos y cada uno. Al elegir el sitio es importante revisar si se organizan actividades para todas las edades o si la familia las puede llevar a cabo por cuenta propia. Es recomendable verificar que las excursiones se adapten a la capacidad física de cada uno e incluso se pueden programar actividades simultáneas, para que unos y otros disfruten la misma jornada de un modo diferente.
3. Mantener una alimentación sana. En la temporada de descanso es normal que se alteren hábitos y horarios. Si se es cuidadoso, esto no tiene por qué afectar la salud. De todos modos, no sobra preguntar por los ingredientes y formas de cocción de algunos platos típicos que no correspondan al consumo habitual en la familia. Así se evitarán malestares e incluso intoxicaciones. Esto no quiere decir que deban perder la oportunidad de saborear nuevos productos. Es parte del paseo conocer la gastronomía de la región que se visita.
4. Organización y flexibilidad. Las vacaciones rompen con la rutina… es quizás su principal objetivo. Así que vale la pena ser flexibles con los horarios de las comidas y el descanso nocturno. Siempre serán bien recibidas ciertas libertades como comer más de aquello que se prefiera o no comer lo que desagrada, o ir a la cama más tarde y madrugar menos, siempre que el plan diario lo permita.
5. Nuevas amistades. Cuando se conocen otros lugares, se coincide con muchas personas de otros sitios e incluso con los nativos. Así que es una ocasión valiosa para que los niños se relacionen y hagan amigos. Si saben cultivar esas nuevas amistades, atesorarán experiencias para compartir al regresar al colegio.
A continuación presentamos algunos divertidos destinos internacionales en los que la familia completa podrá compartir y los niños lo agradecerán mucho más.
Cancún, un destino hecho para toda la familia
Sin duda, Cancún es un paraíso soñado en el que los grupos familiares cuentan con múltiples opciones para compartir, descansar y disfrutar. Es uno de los lugares en los que los niños más se divierten: construyen sus castillos de arena, juegan fútbol o voleibol, o se divierten en sus tranquilas aguas. Una de las actividades más recomendadas para los niños es nadar con delfines. Con seguridad, no olvidarán esta experiencia en la podrán interactuar con estos nobles animales.
Además, si se dedica tiempo a conocer la ciudad, el Museo Maya es uno de los lugares en los que niños y adultos pueden pasar momentos memorables. En sus tres salas temáticas y la zona arqueológica se presentan las raíces mayas de Quintana Roo y las exposiciones temporales son imperdibles.
Islas Galápagos, la naturaleza en su máximo esplendor
Uno de los destinos que más enorgullece a los ecuatorianos son las islas Galápagos. Para llegar allí es necesario tomar un avión desde Quito o Guayaquil. Una hora después se llega a la isla Baltra, donde se encuentra el aeropuerto. Allí se viaja en bus hasta el canal del Itabaca, que separa la Isla Baltra de Santa Cruz y se cruza en tan sólo dos minutos. Estando en el extremo norte de la isla Santa Cruz, se debe llegar hasta el sur. En ese recorrido se vivirá una emocionante expedición: tortugas gigantes que sólo existen en las islas Galápagos.
En Galápagos hay cuatro islas habitadas por personas, en el resto sólo hay animales, que no se deben tocar. Aunque ellos están acostumbrados a los humanos, dicha restricción debe respetarse siempre. Estas islas son un parque nacional y su administración tiene la tarea de protegerlas y asegurarse de que no haya demasiados visitantes.
Además de las tortugas, que han hecho famosas las islas, es posible ver leones marinos, iguanas, aves y hasta rocas de lava. Quienes hacen snorkel tienen el placer de ver tiburones, que son inofensivos, peces de colores y mantarrayas gigantes, además de las tortugas.
Otra opción es la hermosa playa Tortuga Bay, ideal para relajarse, aunque también se puede visitar la estación científica Charles Darwin, donde se encuentran otras tortugas gigantes y se conoce la historia de las islas. En Tortuga Bay se puede remar en kayak en un lugar llamado Punta Estrada, reconocido porque es posible ver los tiburones de punta blanca y las aves marinas que anidan en los acantilados.
Estos dos destinos son sólo un ejemplo de los muchos destinos mágicos en donde se pueden construir inolvidables recuerdos en familia.